jueves, 31 de marzo de 2011

Anillo perdido, que no su enlace.

No solo era un objeto. Era para mí un símbolo. Era una unión. Un círculo no tiene fin, así es nuestra relación, siempre presente, siempre por bandera, mejor o peor, pero ninguna igual. Nosotros nos entendemos, a nuestra forma, a nuestra manera. Echaré de menos ese enlace, ese regalo.
Soy el desastre en persona, y por despistada lo he perdido. No me entristece perderlo por su valor, sino por lo que significaba para mí....

martes, 29 de marzo de 2011

¡Vive y sé feliz!

Me pides que te mire, y te miro.
Pides amor, lo recibes y lo tiras.
Pides perdón, lo recibes y lo tiras.
Simplemente quedas como un recuerdo.
Los recuerdos pueden ser bonitos, tristes o alegres, pero tan sólo son recuerdos. No son indirectas, no son esperanzas. El pasado quedó atrás, y volver a ello sería dejar de avanzar. Eso no puede pasar.
Yo que ando plácidamente por mi caminito de pompas de jabón y florecillas campestres, me doy cuenta que desde el cruce que pasé hace algún tiempo, me están tirando piedras. ¿Con qué derecho?
¿Acaso soy un animal grabado a fuego con la insignia de nadie?, ¡no! soy una persona, libre de hacer lo que quiera, y cuando quiera. Yo no condiciono la vida de los de mi alrededor a mi antojo, no soy egoísta. Todos tenemos el derecho de ser feliz. Y cuando tenemos un mínimo de cariño o aprecio por otra persona es lo que queremos para ellos, ¿no?. Si no es así, no es cariño, es odio. Porque odiar, significa desear un mal a alguien. Si no quieres mi felicidad, quieres mi tristeza. Falta de inmadurez quizás.
Pero no pasa nada, porque gracias a Dios, como he dicho antes puedo hacer lo que quiera y cuando quiera. Las piedras llegará el momento donde no me alcancen, porque pese a que tú sigues en el cruce, yo sigo avanzando. Y ten cuidado, porque te vas a perder tantas cosas si solo estás pendiente de lo que hacen los demás... Hakuna Matata amigo. 

lunes, 7 de marzo de 2011

Rosa morena con olor a albero Maestranza


Con permiso, con humilde habladuría utilizaré mi pequeño rincón para escribir una carta, que le voy a pedir perdón, al clavel más fino de la Maestranza, a la Reina del Arenal:
El año pasado abandoné ese blanco cirio que iluminaba tu camino, para cargar con esa cruz prometida y seguir a tu hijo misericordioso. Que sabes Caridad que mi abotonadura es blanca y eso no lo voy ha cambiar. Que Piedad, pedí yo, Misericordia dieron, y fue por Caridad de Dios el regalo que recibí. Lo prometido es deuda, y yo tenía que cumplir. Que el destino no quiso que yo cumpliera del todo aquella respuesta, pero solo tú Madre mía sabes lo que yo sufrí aquel día, y solo tú fuiste testigo de las lágrimas que derrame esa noche. Quiero que sepas que se me pone carnecita de gallina cada vez que recuerdo esos momentos en el que me cubro la cara con el antifaz azul baratillo, que ni el azul del cielo puede superarlo en belleza cada Miércoles Santo. Que no hay melodía más hermosa que el crujir de tus varales cuando choca con las bambalinas al son de Caridad del Guadalquivir.
De azul baratillo, el antifaz pa mi cara, hay en mis ojos un brillo, que Sevilla se prepara para ver la dolorosa con la cara más guapa. Quiso Dios tu capilla al laito del río, para poder regalarte de Triana, su arte, y de Sevilla el señorío. Cómo te espera Sevilla, cómo te quiere Triana, que antes de llegar a su casa, a tu puerta siempre llama. Tu mirada es mi consuelo, tus manos mi amparo, si necesario grito al cielo, que no se que haría sin ver tu cara. Bendita Virgen con lágrimas, verte es mi necesidad, Reina del Miércoles Santo, mi Virgen de la Caridad.
Y vuelvo a pedirte perdón, que este año no habrá cruz en mi hombro, tampoco capirote en mi cabeza, no me lo vayas a tener en cuenta, que sabes que este año no puedo, y no tendré pena más grande ese miércoles que ver mi túnica colgada.

domingo, 6 de marzo de 2011

Cree el ladrón, que todos son de su condición

Llevo unos días pensando, hasta dónde somo capaces de llegar. Hasta dónde arriesgamos, cuándo paramos el juego...
¿Es necesario rozar el límite?
¿Dónde está el límite?
Realmente rozar el límite no es vital, pero nos encanta el peligro, nos gusta arriesgar. El problema es que esa "adrenalina" por llamarlo así, que nos crean esas situaciones, nos ciega de ver el resto, y al final terminamos cruzando esa línea que dice hasta aquí. La próxima vez volveremos ha hacer lo mismo, porque no somos nosotros quienes sufrimos las consecuencias de nuestras imprudencias la mayoría de las veces.
El límite, el límite lo ponemos nosotros, pero no significa que esté bien puesto. Casi siempre fatal, si lo pusiéramos un poco antes, al cruzar no formaríamos la marimorena, pero claro, comprendo que eso no tiene gracia...
Voy a volver a una frase que he puesto arriba, no somos nosotros quienes sufrimos las consecuencias de nuestras imprudencias, nuestra libertad choca con el de al lado, no podemos condicionar nuestra vida a nuestro libre albedrío.
Somos egoístas y celosos por naturaleza, lo mío es mío y lo tuyo también. No podemos evitarlo, miramos por nuestros propios intereses, quizás por inercia, quizás con intenciones, quizás con malas intenciones.
No tenemos remedio, solo el ser humano tiene el poder de hablar, y sin embargo lo mal que lo utilizamos, no tenemos perdón de Dios...
Pero, ¿hasta qué punto es malvado pensar en nosotros mismos? ¿cómo de mal está ser egoísta?
Si no hacemos nada por nosotros, ¿quién lo va hacer? quitando a una pandilla que lleva los mismos apellidos que yo, pocos, muy pocos...
Porque cuando necesitamos algo, sí nos acordamos del resto, pero cuando el que está a tu vera necesita ayuda, lo sabes o intuyes, hasta que no te dice nada te vas haciendo el remolón. Y eso ya es auténtica pereza.
Encima resulta que, la gente desconfía de aquellos que tienden su mano, no del que la esconde y se la quitara si pudiera. Porque lo que no es habitual para uno mismo, parece extraño.
Éstas aptitudes normalmente van en consecuencia de, que si tenemos aquello que a nosotros nos hace feliz, nos da exactamente igual que el de al lado sufra. La soledad de quien se sienta a tu lado, da igual, porque tú sí tienes compañía.
Hagamos de todo, busquemos nuestro éxito, pero no crucemos la línea...

miércoles, 2 de marzo de 2011

Mucho te quiero perrito, pero pan... poquito.

El interés no tiene fronteras. Menos que el amor incluso.
En mi caso, la enana gruñona de mi amiga de toda la vida, dice que soy tonta, que se aprovechan de mí.
Yo soy lo que me han enseñado, y mis padres me educaron diciéndome lo siguiente: "para dar no es necesario recibir".
Hasta ahí todos estamos de acuerdo. En mi caso, el detalle que no cuadra es, que a mí no me importa darte todo lo que tengo a cambio de nada, porque soy así, lo que no me vale es que yo haga todo lo que pueda para ayudarte en lo que sea, cuando sea y como sea, y que luego des la espalda. Que luego claves puñales.
Guarda tus puñales para defenderte cuando te ataquen, porque como sigas atacando a los que están contigo, solo te quedará tu imagen en el espejo. Esa será tu única compañía.
Que quieres escoger ese camino, me parece bien, pero a mí puerta no vuelvas a llamar, que no es la primera vez que pasa. Que tú estás bien, y yo río contigo. Qué estás mal, y yo te saco una sonrisa. Quieres llorar y lloro contigo. Que tienes miedo, y yo te cojo de la mano. Pregúntate por quién lo haces tú, y si es recíproco.
No pidas mi mano en el fuego por ti, porque ya no tengo espacio en mi piel sin quemaduras.