miércoles, 10 de noviembre de 2010

Una joya en toda regla...

Hay un cuento de Jorge Bucay llamado "El verdadero valor del anillo", el cuento trata sobre un maestro que le manda como recado a un chiquillo vender un anillo en el mercado por un determinado precio que nadie le quiere dar, cuando lo lleva a la joyería y lo tasan le dicen al muchacho que el anillo vale muchísimo más de lo que él había estado pidiendo en el mercado. El cuento termina con la lección del maestro: eres como ese anillo, una joya valiosa y única. Si solo un verdadero experto puede evaluarte, ¿por qué vas por la vida dejando que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Más de uno podemos sentirnos identificados con este cuento. Nos entregamos dando todo lo que tenemos y lo que no tenemos también a cambio de nada. Pues maaaaal, muy maaaal. Así nos va...
Hablando ya en serio, ¿cómo podemos saber si conocemos realmente a una persona? ¿sabemos a ciencia cierta que no nos traicionará?. Yo a día de hoy quitando a los que llevan el mismo ADN que yo... salvo a dos o tres.
Cada uno va a su interés propio, ignorando los deseos o sentimientos del que está al lado. A mí eso no me sale, y alucino con la facilidad que tiene la gente para hacer cosas de esas. Les da igual mentir, fingir, pasar por encima de cualquiera (sin remordimiento alguno por el daño que saben que están causando o pueden causar) con tal de lograr su objetivo. Lo mismo ese objetivo para ti es algo más que un objetivo, y a lo mejor para la otra persona un simple capricho, pero eso da igual porque tendrá que conseguirlo sí o sí hasta que se le pase la novedad del momento, mientras tú estás ahí asimilando aún la situación.
Yo confío en el tiempo. Es el juez más justo que conozco, pone a cada uno en su sitio y cada cosa donde corresponde. Pero para ello hay que tener mucha, mucha, paciencia. Porque todo llega, en su debido momento, todo llega. Quizás no de la manera que esperábamos, pero habrá que conformarse.
Hay que saber esperar, dejar los reproches aparte, que no valen para nada. Ese tipo de cosas te van quitando libertad. Lo mejor es respirar hondo, cerrar los ojos, decir que no pasa nada y dar media vuelta. Y aquí paz y después gloria.

"MAL DE MUCHOS, CONSUELO DE TONTOS..."

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